Era Xenón, linterna en mano y armado con una pistola.
Pasó de largo, prestando atención únicamente a los montones de cajas, hasta que se detuvo a mirar con más detalle, las que se habían roto.
Ahí vi una oportunidad de actuar, pues mi ventana estaba a espaldas suyo. Cogí un cenicero de cristal, de una mesilla que había a mi lado y corrí lentamente la cortina.
Xenón estaba agachado, así que le lancé el cenicero sin pensármelo dos veces y éste estalló en su cabeza, dejándolo inconsciente en el acto.
- Veo que estás cogiéndole el gusto, a eso de moverte en las sombras - dijo Kaori, sonriendo maliciosa y acercándose a mi.
- Prefiero abreviar y llamarlo sigilo - contesté en tono grave, exaltado por mi hazaña.
- Que masculino te has vuelto de pronto - se me echó al cuello - serias un buen mafioso.
- ¿En serio?
- Yo me dejaría someter por ti.
Me vi tentado de arrancarle la ropa y hacerla mía, pero no era el momento. Estábamos en serios problemas.
- Continuaremos con esto en otra ocasión - le tapé la boca - tenemos que salir de aquí.
- Deja que me cambie, no tardaré.
- Pues si, a fin de cuentas, es lo que ibas a hacer ¿No? - sonreí cómplice - Además, ese Plata se extrañara de que tardes tanto y seguramente venga. Así que mejor, salgo al patio a vigilar la puerta.
- Como tú digas jefe - contestó Kaori muy pícara.
Me quedé un buen rato, observando el exterior a través de una verja.
Estaba a salvo de todas las miradas, puesto que a excepción de la puerta, buena parte de la verja estaba cubierta, por una especie de telar decorativo. Supuse, que para no desentonar con el resto del edificio.
No había ni un alma por la calle y estaba empezando a aburrirme, cuando de repente, Zinc salió por la entrada principal. Entonces fue hasta una esquina del edificio de enfrente y se paró junto a un coche.
Iba a contárselo a Kaori, cuando me giro y la veo parada, al lado del cuerpo de Xenón, con la pistola de éste en la mano.
- Que precavido es poniéndole silenciador y que afortunada soy de que así sea.
Apuntó y le disparó en la cabeza.
Estaba en shock, pero ella no mostraba ninguna emoción.
- Kaori - me puse serio - ¿Eres consciente de lo que has hecho?
- Si... pero no tenía otra opción. Tienes que pensar, que no solo he sido el objeto sexual de Plata. En ese cuarto, también se hablaba de narcotráfico, estando yo presente. De modo que si quisieran callarme, matarme es la mejor solución. Yo solo les he adelantado.
- No te olvides de Plata y Zinc. Pueden aparecer en cualquier momento.
- Lo se y por eso hay que actuar con rapidez. No puedo desperdiciar esta oportunidad - bajó la mirada, dubitativa - ¿Me ayudarás?
- ¿Como? - entonces caí en la cuenta - Vas a matar a los otros dos también.
- No puedo hacerlo sola Jung.
Por un momento, se me vino el mundo encima. No había asimilado lo que acababa de ocurrir y ahora ella me pedía esto.
Pero ya no podía dar marcha atrás, pues era cómplice de asesinato. Tenía que afrontarlo.
Pero ya no podía dar marcha atrás, pues era cómplice de asesinato. Tenía que afrontarlo.
- Bueno - respiré hondo - es duro admitirlo, pero ya he metido la cabeza en esto.
- Y me siento culpable.
- Los dos lo somos, por eso - puse las manos en sus hombros - si nos tenemos que hundir, hagámoslo juntos.
- Oh gracias - me abrazó.
- Y ya vámonos, no perdamos tiempo. Acabo de ver salir a Zinc.
De camino a la puerta me acordé de Xenón.
- A todo esto, Kaori - la detuve y se giró - ¿Lo vamos a dejar así? - señalé el cadáver.
- Es mejor dejarlo como está. No hemos llegado a tocarle, así que no hay huellas, ni restos - hizo una pausa - a propósito ¿No has tocado nada verdad?
- Solo el cenicero y esta hecho añicos.
- Vale, porque es fundamental. Yo llevo mis guantes, así que déjame hacer a mi ¿Entendido?
Asentí con la cabeza, me helaba con la mirada.
- Ese es el coche de Plata - dijo Kaori al llegar a la verja - escúchame. Aquí no podremos hacer nada, sería un escándalo.
- Entonces ¿Cual es tu plan?
- Según se cierre el club, Plata me llevará a su casa, que está en las afueras.
- ¿Y yo?
- Tú irás en el maletero.
- Si claro y ¿Como me meto sin que me vea?
- Rodeando ese edificio - señaló al frente - entonces irás a parar justo detrás del coche.
- Si no recuerdo mal. Al otro lado, lo que hay son pubs que hoy no abren.
- Exacto y a la derecha hay un descampado enorme. Ahora está muy oscuro, no te verá nadie.
- Es perfecto, déjamelo a mi - dije excitado.
De la emoción, se me estaba olvidando lo más importe. Entonces me dí cuenta.
- No es por desanimarte pero ¿Has pensado qué haremos al llegar allí? Van armados.
- No te pongas nervioso aún - abrió su bolso y vi la pistola de Xenón.
- Si. Y ¿Qué mas?
- Les separaremos. Cuando entre a la casa con ellos, me inventaré alguna excusa para espantar a Zinc y que salga a fuera. Entonces tú, ya estarás preparado para pillarlo por sorpresa.
- Iré con la puerta entreabierta, será más práctico - dije con ironía - por cierto ¿Tú qué harás?
- Plata es cosa mía - volvió esa mirada fría - y ya basta de hablar, nos van a oír.
Esperamos un rato, a que la calle estuviera despejada.
En cuanto Zinc se distrajo, Kaori me abrió la puerta y fui corriendo hacia el edificio de enfrente.
Haciéndome pasar por borracho, tuve que sortear a un grupo de gente, que pasó cerca mi. No quería levantar la mínima sospecha y me pareció lo más convincente.
Cuando tuve el coche a la vista, vi que Zinc dejaba sola a Kaori e iba hacia el club. Entonces ella me hizo un gesto y me acerqué.
- Deprisa, al maletero - me apremió - esta abierto.
- ¿Así de fácil?
- Ahora no te lo puedo explicar, no hay tiempo - asentí - y recuerda lo que planeamos.
Desde dentro, solo alcancé a oír a Plata y Zinc subir al coche. El resto eran murmullos y el ruido del motor. Así que me relajé y esperé pacientemente mi turno.
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