La vuelta a casa fue un suplicio, ya que en lugar de estar excitado por mi tórrido encuentro, me asaltaban las dudas sobre mi amante sin nombre ¿Quien era? ¿Que me estaba ocultando? ¿Cuando volvería a verla? Cada vez estaba mas encendido, pero de rabia.
Lo que estaba por venir, iba a ser la gota que colma el vaso, que es cruzarte con la persona menos oportuna.
Andaba por la acera de un parque, cuando oigo una voz que me llama.
- ¡Jung! - miré a mi izquierda y vi quien era - hola, te he llamado un par de veces y no me oías.
- Ah hola Hana - dije toscamente - estaba en mis cosas.
- ¡Ja! Ya me he dado cuenta - me respondió alegremente. Se levantó del banco donde estaba sentada leyendo un libro y se acercó a mi.
Hana es una vieja amiga, con la que tuve una corta relación, pero conservamos una total confianza y un cariño mutuos. Siempre muy bonita con su melena lisa y castaña, su tez blanca y una radiante sonrisa. Sin embargo, cuando la vi, todo aquello que hasta entonces me había fascinado, ahora me era indiferente, pues en mi cabeza había otra persona.
- Quizá hablamos mejor otro día, no estoy de humor - dije con amargura y trate de irme, cuando me cogió la mano.
- ¿Por qué te pones así? Solo he venido a saludarte - me reclamó con cara de desconcierto.
- Hazme caso Hana no es el mejor momento - dije intentando zafarme, pero ella insistió.
- ¿Por qué no? Siempre nos lo hemos contado... - me miró de arriba a abajo asustada - pero Jung, mira como tienes la camisa ¿Donde has estado? Y... - detuvo la mirada en el cuello de la camisa - ammm, ahora entiendo - entonces reparé en la marca de labios y me rasqué la nuca dejando entrever mi vergüenza - no sabía que frecuentaras...
- No, espera un momento!! - Le espeté subiendo el tono de voz y soltando su mano bruscamente – yo no he ido a ningún sitio a nada, solo me he acostado con una mujer.
- ¿ Y tanto te costaba decirme que habías estado con alguien? - Me replicó asqueada - y a todo esto ¿Quien es?
- La acabo de conocer, no se ni su nombre- le contesté con tranquilidad, como si fuera lo mas normal del mundo.
- ¿No sabes ni como se llama? - Hana estaba estupefacta.
- Es que debe de estar metida en un problema grave y por eso estaba muy misteriosa.
- Y aun con todo eso ¿Vas a ir detrás de ella como un perro? Claro!! - Dijo consternada - típico.
- Hana!! - Le corté tajántemente alzando la voz - me provocó y me dejé llevar, seguramente por la necesidad. No todos tenemos una relación estable como tú - entonces se hizo el silencio y me miró fijamente.
- Jung ¿Todavía me guardas rencor por haber cortado contigo hace dos años? - Dijo muy afectada - si es así me parece vergonzoso. Y más viendo la amistad que tenemos.
- Pues no, no te guardo nada. Solo que no tienes porque juzgarme y llamarme perro, ni opinar cuando no sabes nada.
- Y tú no tienes porque tratarme así - empezó a llorar.
- Te lo he advertido desde el principio Hana, pero tu me has forzado - dije tratando de justificarme.
- Encima intentas hacerme sentir culpable!! - Me gritó - te desconozco - dio un paso hacia atrás - vete por favor... no quiero verte - dijo ya sin mirarme y limpiándose las lágrimas de los ojos.
Entonces hice un gesto con la mano en señal de asqueo, me di la vuelta y me fui.
Viéndolo ahora desde la distancia, no estuve nada acertado y más tratándose de Hana. Pero en aquel momento no razonaba y nada me importaba más que aquella desconocida . Esa mujer me había hechizado y me estaba cambiando, al punto de dejar de lado a personas valiosas para mi.
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